Arado Ar 96 B-1 en Noruega
Tras la ocupación alemana de Noruega en 1940 la Luftwaffe estableció varias bases por su territorio. Una de ellas estaba situada en el aeropuerto de Herdla, al noroeste de Bergen. Allí se estableció algún tiempo el Jagdgeschwader 5 con sus Fw 190 A y otros aparatos auxiliares, como el Arado Ar-96. Uno de estos aparatos, el “13 Amarillo”, es el protagonista de esta historia.
El 13 de marzo de 1943 el piloto de origen austriaco Fritz Mühlberger volaba rumbo a la base desde el oeste, Stavanger. Al cruzar la isla al sur de Bergen el aparato sufrió una avería, la bomba del combustible dejó de funcionar. Era un fallo habitual, según el instructor checo Bohuslava, a partir de superar las 700 horas de vuelo. Si esto ocurría en vuelo, podría subsanarse mediante la bomba de accionamiento manual y Mühlberger trató de accionarla. Los habitantes de Boemlo escucharon los estertores del avión alemán y como la altura no era la adecuada para saltar en paracaídas Mühlberger trató de realizar un aterrizaje de emergencia en el agua. El aterrizaje fue de autentico manual de vuelo. Tras varios minutos en el agua el piloto fue rescatado de las gélidas aguas por los habitantes locales de la zona. Fritz Mühlberger sobrevivió a este lance pero murió meses más tarde cuando su Focke Wulf Fw 58 Weihe fue derribado.
El avión cayó al fondo del lago, a unos 35 metros de profundidad. Los habitantes de Boemlo sabían exactamente dónde yacía el aparato, además, este emitía una casi constante emanación de aceite que se veía en la superficie del agua. Desde luego no ha sido el único avión en caer a las aguas de lagos o al mar.
El Museo de Aviación de Sola sabía de la localización del avión y, por su puesto, estaba interesado en su recuperación. Cuando finalizaron los trámites con el Ministerio Nacional de Defensa, “propietario” del aparato y de todos los restos de la guerra, en noviembre de 1992 se pasó a la elaboración de un plan de rescate. El museo contó con la colaboración de la empresa de buceo de Amundsenovou para llevar a cabo su plan de recuperación de los restos. El 6 de noviembre los buzos localizaron los restos del Arado, en el sitio preciso que indicaron los lugareños. El avión se encontraba en un ángulo de 45º con su motor hundido en el barro.
El avión cayó al fondo del lago, a unos 35 metros de profundidad. Los habitantes de Boemlo sabían exactamente dónde yacía el aparato, además, este emitía una casi constante emanación de aceite que se veía en la superficie del agua. Desde luego no ha sido el único avión en caer a las aguas de lagos o al mar.
El Museo de Aviación de Sola sabía de la localización del avión y, por su puesto, estaba interesado en su recuperación. Cuando finalizaron los trámites con el Ministerio Nacional de Defensa, “propietario” del aparato y de todos los restos de la guerra, en noviembre de 1992 se pasó a la elaboración de un plan de rescate. El museo contó con la colaboración de la empresa de buceo de Amundsenovou para llevar a cabo su plan de recuperación de los restos. El 6 de noviembre los buzos localizaron los restos del Arado, en el sitio preciso que indicaron los lugareños. El avión se encontraba en un ángulo de 45º con su motor hundido en el barro.
Máxima expectación ante el inminente reflote del Ar 96
El Ar 96 ve de nuevo la luz después de más de 50 años
El "13 Amarillo" emergiendo. Aún conserva la pintura original.
Desafortunadamente el motor se terminó de desprender del aparato durante las labores de reflotación perdiéndose en el fondo. Al día siguiente el aparato ya estaba en la orilla del lago, cerca de una carretera dónde un par de grúas elevaron el aparato para su traslado a una batea, según los presentes “una visión fantástica”. En un aparcamiento para autobuses el Arado efectuó su primera parada dónde fue examinado más detenidamente, el resultado fue sorprendente. El avión, W.Nr. 4246, fue construido en Praga por Avii. Todo estaba muy sucio pero increíblemente intacto, excepto los planos exteriores de alas. Lo único del motor que aún permanecía en su sitio era el carburador, dentro del fuselaje, aunque solo conservaba las partes de acero. Los propios empleados del garaje de autobuses fueron los encargados del primer intento de limpiar el aparato. La congelación de la noche provocó que la luz roja marginal del ala se quebrase siendo el único detalle que sufrió desperfectos en esta primera fase de limpieza.
Al día siguiente se procedió al desmantelamiento del aparato. La falta de información dificultó esta tarea teniendo problemas con la separación de las alas del fuselaje. Una vez concluido, fue enviado al museo de Sola dónde se comenzaría a trabajar sobre esta impresionante pieza histórica. Tras otra limpieza más exhaustiva comenzaron a saltar nuevas sorpresas. Muchos de los controles de dirección aún funcionaban y cuando se desmontaron los tanques de combustible se comprobó que aún tenían una mezcla de agua y gasolina. Todas las partes que contenían magnesio resultaron destruidas por la erosión alterando la estructura metálica de alrededor. Tras la limpieza de los instrumentos de vuelo se comprobó que alguno incluso aún funcionaban correctamente. Sin embargo muchas de las piezas debieron de hacerse de nuevo, además de pintar y barnizar todo el instrumental. Algunos daños sufridos por la erosión en las alas no han podido ser subsanados por carecer de los planes exactos de su construcción. A pesar de ello, es impresionante poder ver el aluminio aún reluciente tras más de 50 años bajo el agua.
Al día siguiente se procedió al desmantelamiento del aparato. La falta de información dificultó esta tarea teniendo problemas con la separación de las alas del fuselaje. Una vez concluido, fue enviado al museo de Sola dónde se comenzaría a trabajar sobre esta impresionante pieza histórica. Tras otra limpieza más exhaustiva comenzaron a saltar nuevas sorpresas. Muchos de los controles de dirección aún funcionaban y cuando se desmontaron los tanques de combustible se comprobó que aún tenían una mezcla de agua y gasolina. Todas las partes que contenían magnesio resultaron destruidas por la erosión alterando la estructura metálica de alrededor. Tras la limpieza de los instrumentos de vuelo se comprobó que alguno incluso aún funcionaban correctamente. Sin embargo muchas de las piezas debieron de hacerse de nuevo, además de pintar y barnizar todo el instrumental. Algunos daños sufridos por la erosión en las alas no han podido ser subsanados por carecer de los planes exactos de su construcción. A pesar de ello, es impresionante poder ver el aluminio aún reluciente tras más de 50 años bajo el agua.
El Arado en el garaje dónde fue limpiado por primera vez.
Imagen de las labores de limpieza.
El historiador checo Pavel Lucera trabaja para Aero Vodochody, para la preservación de los aparatos de Avia fabricados durante sus primeros años. El Arado Ar 96 B-1 W.Nr. 4246 fue uno de los 247 fabricados por dicha empresa en 1941 disponiendo de una ametralladora en la proa. Su primer vuelo lo efectuó el martes 19 de agosto de 1941 a las 13:45 horas, este primer vuelo duró 14 minutos, hasta las 13:29 horas. El piloto de estas pruebas fue el famoso acróbata Peter Amplia. Realizó varias pruebas más que variaron desde los 8 a los 37 minutos de vuelo. El jueves 21 de agosto hizo la aceptación de vuelo, con una duración de 13 minutos, a los mandos estaba el piloto Václav Brtníky. El martes 26 de agosto el propio Peter, acompañado de un piloto alemán, realizaron una demostración de tan solo 3 minutos para los mandatarios de la Luftwaffe desplazados para la ocasión.
De los más de 400 aparatos producidos por Checoslovaquia, Ar 96 B y C-2, no conserva ninguno de ellos. Además de esta pieza encontrada en Noruega se encontró otro en el lago de Biscarosse en Francia y otro más se haya en el Museum für Historische Rothenbachu Wehrtechnik en Alemania.
De los más de 400 aparatos producidos por Checoslovaquia, Ar 96 B y C-2, no conserva ninguno de ellos. Además de esta pieza encontrada en Noruega se encontró otro en el lago de Biscarosse en Francia y otro más se haya en el Museum für Historische Rothenbachu Wehrtechnik en Alemania.
l aparato perdió su motor en el proceso de extracción. Primer plano de su ubicación original.
Otros ejemplos de aviones recuperados: B-17 en Labrador, P-38 o Bristol Blenheim Mk IV F
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