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martes, 31 de agosto de 2010

Caballero o traidor

El "Ye Olde Pub"




El 20 de diciembre de 1943 el 2º Teniente Charles "Charlie" Brown, perteneciente al 379º BG, se dirigía a bombardear la fábrica de aviones Focke Wulf en Bremen. Su aparato era un B-17 F apodado "Ye Olde Pub".

Los bombarderos fueron el objetivo de algunas baterías pesadas antiaéreas en su ruta hacia el objetivo. La metralla alcanzó a dos de sus motores y su bombardero comenzó a quedarse rezagado. El líder de vuelo fue alcanzado y derribado. 

 Charles "Charlie" Brown

Los cazas alemanes no tardaron en aparecer, ocho cazas atacando desde la parte frontal y otros siete desde atrás. El fuego defensivo del dañado B-17 alcanzó a uno de ellos derribándolo antes de que el bombardero comenzase a descender. Brown recuerda:

Comencé a descender en espiral saliendo de ella muy cerca del suelo. En mi memoria perdura la tensión de esquivar árboles y edificios, tuve pesadillas durante años y años esquivando una y otra vez árboles y edificios. Creo que los alemanes pensaban que terminaría por estrellarme.

 Oberleutnant Franz Stigler

Sin embargo el B-17 se recuperó, aunque Brown y cuatro de sus tripulantes estaban heridos mientras que uno de los artilleros había muerto. El instrumental también había sido alcanzado resultando dañada la brújula y se encontraban sin oxígeno. Poco después apareció un Messerschmitt Bf 109, pilotado por el Oberleutnant Franz Stigler. Acercándose a toda velocidad por la cola de bombardero Stigler pudo ver que el artillero de cola estaba gravemente herido.

Vi su artillero tendido y sangrando profusamente ... así, no podía disparar.

Mientras volaba parejo a la cabina del B-17 le hizo señas de que aterrizase, pero Brown se negó. También le indicó que fuese a Suecia, a tan solo 30 minutos de vuelo, pero también se negó. Stigler escoltó al B-17 rumbo a Inglaterra y de regreso en su base les comunicó a sus superiores que el bombardero había caído al mar.

Traté de llevarlo a tierra, en Alemania, pero no reaccionó. Pensé en otra solución, llevarlo a Suecia porque su avión estaba muy dañado, nunca vi algo tan dañado que aún pudiera volar.

Yo no tenía estómago para acabar con esos hombres tan valientes” dijo más tarde Stigler. “Volé junto a ellos durante mucho tiempo. Ellos estaban tratando de llegar a casa desesperadamente. Yo no podría haber disparado contra ellos. Hubiera sido como disparar a un hombre en paracaídas.



Stigler y Brown se reencontraron finalmente en 1989, se convirtieron en grandes amigos hasta el fallecimiento de ambos, en 2008.

El debate, hoy, queda abierto. ¿Actuó bien Franz Stigler al dejar escapar a aquellos hombres que al fin y al cabo eran enemigos y estaban bombardeando sin piedad las ciudades alemanas?, ¿debió derribar al "Ye Olde Pub"?. Sea como fuese aquella rocambolesca situación forjó una gran amistad. El propio Franz Stigler nos relata la acción en una entrevista

 Reencuentro, 1989


Knight or traitor. English version. 
On December 20, 1943 2nd Lieutenant Charles “Charlie” Brown, belonging to 379th BG, went to bomb the Focke Wulf aircraft factory in Bremen. His aircraft was a B-17 F nicknamed “Ye Olde Pub”

The bombers were the target of some heavy anti-aircraft batteries on their way to the target. The shrapnel hit two of its engines and began to fall behind bomber. The flight leader was hit and knocked down.

German fighters soon appeared, eight fighters attacking from the front and seven from behind. Defensive fire from the damaged B-17 hit one of them dropping him before the bombing started to decline. Brown recalled:

I started to spiral down out of it very close to the ground. In my memory lingers tension dodge trees and buildings, I had nightmares for years and years and again dodging trees and buildings. I think the Germans thought they would end up crashing.”

However, the B-17 was recovered, although Brown and four of his crew were wounded while one of the gunners had been killed. The instruments also had been hit and damaged the compass were without oxygen. Shortly later, a Messerschmitt Bf 109, piloted by Oberleutnant Franz Stigler. Nearing full speed bomber tail Stigler could see the tail gunner was seriously wounded.

I saw his gunner lying and bleeding profusely ... so I could not shoot.

While flying even into the cockpit of the B-17 made him sign that landed, but Brown refused. She also advised him to go to Sweden, just 30 minutes of flight, but refused. Stigler escorted the B-17 heading to England and back at base they informed their superiors that the bomber had fallen into the sea.

“I tried to take him to land in Germany, but did not react. I thought of another solution, take him to Sweden because his plane was badly damaged, never seen anything so damaged that he could still fly.”

“I had no stomach to kill the men as brave” Stigler later said. “I flew with them for a long time. They were trying desperately to get home. I could not have fired them. It would be like shooting a man in a parachute.”

Stigler and Brown are finally reunited in 1989, became great friends until the death of both in 2008.

The debate today is open. Franz Stigler did well to escape leaving the men who after all were enemies and were mercilessly bombed German cities?, Should bring down the “Ye Olde Pub”?. Be that as it was this bizarre situation forged a great friendship. Franz Stigler himself tells us the action in an interview.

lunes, 30 de agosto de 2010

Intercambio de prisioneros en España


España, escenario de intercambios de prisoneros


La marcada tradición de país neutral mostrada por España durante la Gran Guerra fue la causante de que los países beligerantes eligiesen a nuestro país por consenso como el marco del escenario del único intercambio de prisioneros de guerra que se realizó durante la II Guerra Mundial.

El 27 de octubre de 1943 y bajo los auspicios de la Roja Española llegó al puerto de Barcelona el barco de transporte alemán  “Aquileia”. En el interior de sus bodegas viajaban un total de 623 prisioneros británicos, 410 heridos y enfermos y 50 heridos de carácter grave. Se organizó el desembarco cuidadosamente y los primeros en poner pie en tierra fueron los australianos del Cuerpo Sanitario, que ayudarían al resto de sus compañeros de cautiverio en las siguientes fases. Tras ellos, les tocó el turno a escoceses y británicos, la mayoría de ellos procedentes de la campaña norteafricana dónde fueron capturados por las tropas de Rommel. 

Transporte sanitario alemán  “Aquileia

Durante este proceso de desembarco arribó a puerto el barco de transporte francés, con pabellón británico, “Cuba”. Tan pronto amarró comenzó el desembarco de los prisioneros alemanes que viajaban en su interior. En total 1.061 prisioneros y, como en el caso Aliado, casi todos procedentes del Afrika Korps. Las operaciones que se estaban desarrollando en los muelles eran supervisadas por el embajador inglés, sir Samuel Hoare y su esposa, y su homónimo alemán, el doctor Dieckhoff. que también estaba acompañado por su esposa. Como testigos del canje quedó el general Moscardó, el delegado de la Cruz Roja Internacional, doctor Abenz, y diversas autoridades españolas que acudieron a tal fin. 

 Dieckhoff en el momento del canje.

Después del desembarco se procedió a pasar revista comprobando la identidad de los liberados tras lo cual fueron recibidos en sus respectivos barcos con gran júbilo. Himnos y cánticos llenaron el puerto demostrando así la alegría del momento. La organización española tuvo gran cuidado para que ambos grupos de prisioneros no llegaran nunca a verse, como medida de precaución, en su tránsito por los muelles. Todo había sido meticulosamente estudiado para evitar tensiones entre ambos contingentes.

Hubo de esperar a febrero de 1944 para ver el segundo canje realizado en territorio español. Los alemanes entregaron en Irún un grupo de 36 heridos y mutilados ingleses y norteamericanos. Más tarde, el 17 de mayo, se efectuó la segunda parte del canje; de nuevo Barcelona fue el escenario escogido entregándose por parte alemana un total de 1.021 prisionero a cambio de la liberación de 833 de los suyos, entre ellos, el general de división Hans Kramer. 

 El embajador británico y su esposa hablando con los heridos británicos.

El general Moscardó con el embajador alemán Dieckhoff

Fuente:
Artículo íntegro ABC "La Segunda Guerra Mundial. Cincuenta años después". Fascículo nº 42 (pag.672)

sábado, 28 de agosto de 2010

El “secuestro fantasma” de Hitler

El “secuestro fantasma” de Hitler
 

En los archivos de Kew, en Londres, dentro de la sección de la RAF, dedicados a los primeros años de la guerra, se encuentra marcada bajo la signatura AVN-16 una carpeta de documentos titulada “1941. Proposición de secuestro de Adolf Hitler a Inglaterra por su piloto personal

Antes de que Ruldolf Hess volase a Inglaterra en mayo de 1941un grupo de oficiales de la RAF, entre los que se encontraba el general Harris, que más tarde dirigiría los bombardeos en las principales ciudades alemanas, consideraron muy seriamente la posibilidad de que el piloto personal de Hitler, el teniente general Hans Baur, lo secuestrara  para conducirle a Gran Bretaña.

Durante tres meses la RAF con el apuo del Foreingn Office prepararon un aeródromo al efecto en Lympne, cerca de Folkestone. Allí un turismo llevaría a Hitler hasta el Ministerio del Aire.

Harris escribió una carta a su amigo Soltó Douglas, del mando de combate de Stanmore, en Esex:
“[…] creo que es esencial sacar el “permiso” del escenario del accidente cuanto antes, en caso de un intento de obstaculización por parte de su escolta personal o de una rápida intervención de sus Fuerzas Aéreas.”

Los planes del secuestro parece ser que procedían de un búlgaro llamado Kiroff, que decía ser suegro de Baur. Kiroff explicó sus planes al teniente coronel Alexander Ross, agregado militar en la Embajada británica de Sofía, quién a su vez lo comunicó a Londres. Curiosamente, Kiroff no pidió ni dinero ni ningún otro favor, excepto que su hija y su familia fueran trasladadas a Bulgaria antes del vuelo de Baur.

Según el plan, Baur llegaría al aeródromo de Lympne con el tren de aterrizaje bajado para poder ser identificado (nota curiosa si volaba en su Junkers Ju 52 pues tenía el tren de aterrizaje fijo); tendría que lanzar cuatro señales luminosas de emergencia con intervalos de 30 segundos cuando se le acercaran los cazas británicos. Una vez en tierra, el avión sería inutilizado para evitar fugas.



Ante la preocupación de Harris de que el avión, tras tomar tierra, pudiera escapar las dotaciones de las defensas antiaéreas recibieron órdenes y entrenamiento secretos. Desde principios de marzo de 1941 estuvieron en alerta en espera de la inminente llegada de un avión alemán que transportaría a un “desertor”.

Por otro lado existía el temor de que los alemanes utilizasen algún tipo de arma secreta “paralizadora”. En marzo se cambiaron algunos puntos del plan, como por ejemplo las señales luminosas pues alertarían a los cazas de escolta, así que Baur lanzaría pequeñas placas metálicas con la inscripción AB.

El día 25 de marzo fue el elegido, entre las cinco y las seis de la mañana, o las seis y las ocho de la tarde. La realidad histórica es que este plan jamás llegó a plantearse por parte alemana. Baur era un “camisa vieja” del partido nazi, siendo su fidelidad a Hitler absoluta. Piloto personal del Führer desde mucho antes de la guerra. Baur formaba parte de su limitado séquito personal como uno de sus más íntimos colaboradores



Este tema pudiera haberse tratado de una información distorsionada del vuelo de Hess. Por parte británica no queda la menos duda de que el plan existió.

Bibliografía.
FREEMAN, S. Publicación en el “Sunday Times”, 1987


 English version

In the archives in Kew, London, in the RAF section dedicated to the early years of the war, is marked under the symbol AVN-16 documents folder entitled "1941. Proposition kidnapping of Adolf Hitler to England by his personal pilot"

Before Hess flew to England Ruldolf in May 1941un group of RAF officers, among whom was General Harris, who later would direct the bombing of major German cities, very seriously considered the possibility that the personal pilot Hitler's, Lieutenant General Hans Baur, the kidnapping to lead Britain.

For three months the RAF to the Foreingn apuo Office prepared an aerodrome for the purpose in Lympne, near Folkestone. There would Hitler tourism to the Air Ministry.

Harris wrote a letter to his friend Douglas let go of Stanmore combat command in Esex:
"[...] I think it's essential to get the" permission "from the accident scene as soon as possible in case of an attempted obstruction by his personal escort or rapid intervention of the Air Force."

 
Plans for the kidnapping appears to be coming from a Bulgarian named Kiroff, claiming to be father of Baur. Kiroff explained his plans to Lt. Col. Alexander Ross, military attache at the British Embassy in Sofia, who in turn reported it to London. Interestingly, Kiroff did not ask any money or any favor, except that his daughter and her family were moved to Bulgaria before the flight Baur.

Under the plan, would reach Baur Lympne airfield with landing gear down in order to be identified (note curious if flying his Junkers Ju 52 as landing gear was fixed), would launch four emergency flares intervals 30 seconds when British fighters approach him. Once ashore, the aircraft would be useless to prevent leakage.

Harris out of concern that the aircraft after landing, the crews could escape anti-aircraft defenses were ordered and training secrets. Since early March 1941 were on alert for the imminent arrival of a German plane that would carry a "deserter."

On the other hand, there was fear that the Germans used some kind of secret weapon "paralyzing". In March, the plan changed some points, such as flares would alert the escorting fighters, so throw Baur small metal plates with the inscription AB.

On March 25 was chosen among five and six o'clock, or six and eight o'clock in the afternoon. The historical reality is that this plan never came to be raised by Germany. Baur was an "old shirt" of the Nazi party, and its absolute loyalty to Hitler. Führer's personal pilot long before the war. Baur was part of his limited personal staff as one of his closest collaborators



This issue could have been a flight distorted information Hess. For the British side is not the least doubt that the plan existed.

Source:
FREEMAN, S. Publicación en el “Sunday Times”, 1987

viernes, 27 de agosto de 2010

San-ryu-Scha

San-ryu-Scha: Los rezagados del Pacifico



Tras las operaciones de reconquista norteamericanas en el Pacífico, varias decenas de soldados japoneses decidieron ocultarse en las junglas de diferentes islas -Guam, Filipinas, Mindoro, Nueva Guinea, etc- antes de sufrir el deshonor de la rendición. 

Ignorando de que la guerra había terminado en 1945, algunos "san-ryu-scha" (nombre con el que se conoce a estos rezagados en Japón) llegaron, como en el caso del teniente del Ejército Imperial Hiroo Omoda, a permanecer más de treinta años escondidos en las junglas del Pacífico.

En un primer momento fueorn las autoridades estadounidenses las encargadas de "recuperar" a estos singulares naúfragos, pero, a partir del año de 1959, el propio Gobierno japonés creó un departamento dentro del Ministerio de Sanidad y Salud Pública al objeto de hacer regresar al Japón a sus "últimos soldados"

Algunos de ellos, como el teniente Yamamoto (15 años oculto enla isla de Mindoro) logró comerciar con las primitivas tribus salvajes de la isla, llegando a cultivar la tierra, criando cerdos y gallinas cambiadas a los nativos por sus relojes. Cuando en 1960 un experto en prospecciones petrolíferas norteamericano le descubrió Yamamoto vivía en una primitiva cabaña de madera con numerosos dormitorios, un cuarto de baño con bañera de piedra, un sistema de agua corriente canalizada por cañas de banbú y una destilería de licor de plátanos. Al ser "rescatado", Yamamoto y sus cinco hombres ofrecieron a sus "salvadores" una fiesta que duró tres días, entre cerdos asados y aguardiente de plátano.

El soldado Shoichi Yokoi fue otro de estos naúfragos de la selva.El soldado fue encontrado el 24 de enero de 1972 en la isla de Guam, después de 28 años y desconocía que la guerra había terminado. De sastre de profesión fue llamado a filas siendo destinado a China en un primer momento. Ya en 1944 fue enviado junto a su unidad a la isla de Guam en el Pacífico Sur para participar en su defensa. Cuando los Marine desembarcaron en la isla sus 19.000 defensores japoneses presentaron una dura resistencia y la gran mayoría de ellos murieron en los combates. Unos 2.000 soldados huyeron a la selva entregándose cuando Japón se rindió en 1945.

Sin embargo un pequeño grupo de soldados permaneció escondido en la selva ya que no sabían que la guerra había terminado ya. Uno de estos hombres era el sargento Shoichi Yokoi junto con otros 8 soldados más. Las enfermedades y otras causas fueron acabando con ellos hasta que Yokoi fue el último superviviente del grupo. Durante 28 años vivió en un sitio inhóspito alimentándose de cangrejos, ratas, caracoles, anguilas y frutas. El uniforme terminó por desaparecer en jirones de ropa y se elaboró unos ropajes utilizando corteza de árbol.

Llegó a escuchar alguna noticia sobre el fin de la guerra pero pensó que se trataba de propaganda americana para hacer salir a los últimos resistentes. Cumpliendo con su promesa de no entregarse al enemigo, permaneció oculto en la selva.

Fue descubierto por dos cazadores mientras pescaba pero cuando estos trataron de comunicarse con él corrió a refugiarse en su cueva. Finalmente fue rescatado y regresó al Japón, donde se le recibió como un héroe y allí declaró que sentía vergüenza por no haber cumplido su misión. A pesar de los cambios tecnológicos, se adaptó muy rápido a su nueva vida, escribió dos libros y trabajó en televisión en un programa de tácticas de supervivencia. Murió en 1997 después de haber manifestado su desencanto por el Japón moderno.

Desgraciadamente otros muchos "san-ryu-scha" o tuvieron tanta suerte, y la malaria, junto con ataques de los salvajes nativos acabaron con sus vidas.


 Agujero por el que se entraba a la cueva de Yokoi


El interior de la cueva.


 Disposición del interio de la cueva.



Shoichi Yokoi a su llegada a Tokio en 1972


Teniente Hiroo Onoda, permaneció 30 años en la selva filipina.

Fuente:
Artículo ABC "La Segunda Guerra Mundial. Cincuenta años después".

English version

After the reconquest U.S. operations in the Pacific, dozens of Japanese soldiers went into hiding in the jungles of different islands, Guam, Philippines, Mindoro, New Guinea, etc., before suffering the dishonor of surrender.

Unaware that the war had ended in 1945, some "san-ryu-scha" (the name is known to those left behind in Japan) came, as in the case of Lieutenant Hiroo Omodos Imperial Army, to stay more than thirty years hiding in the jungles of the Pacific.

At first fueorn the U.S. authorities in charge of "recover" these unique shipwrecked, but from the year 1959, the Japanese government itself created a department within the Ministry of Health and Public Health in order to return to Japan their "last soldiers"

Some, like Lt. Yamamoto (15 years inthe hidden island of Mindoro) managed to deal with the primitive savage tribes of the island, coming to farm, raising pigs and chickens, the natives changed their clocks. When in 1960 an expert in U.S. oil exploration Yamamoto was discovered living in a primitive wooden shack with several bedrooms, a bathroom with bath stone, a piped water system for Banbua rods and banana liqueur distillery. Being "rescued", Yamamoto and five men offered their "saviors" a party that lasted three days, between pigs roasted banana and rum.

Shoichi Yokoi was a soldier one of these castaways of selva.El soldier was found on January 24, 1972 on the island of Guam, after 28 years and was unaware that the war was over. In a tailor was called up was assigned to China in the first place. In 1944 he was sent with his unit to the island of Guam in the South Pacific to participate in his defense. When the Marines landed on the island its 19,000 Japanese defenders had a tough resistance and most of them died in the fighting. Some 2,000 soldiers fled into the jungle giving when Japan surrendered in 1945.

However, a small group of soldiers remained in hiding in the jungle and not knowing the war had already ended. One of these men was Sergeant Shoichi Yokoi, along with 8 other soldiers. Disease and other causes were killing them until Yokoi was the last survivor of the group. For 28 years he lived in an inhospitable place, feeding on crabs, rats, snails, eels and fruit. The uniform eventually disappeared in tattered clothes and garments produced using a tree bark.

He came to hear some news about the end of the war but thought it was American propaganda to flush out the last resistance. Delivering on its promise not to surrender to the enemy, remained hidden in the jungle.

It was discovered by two hunters while fishing but when they tried to communicate with him ran to his cave. He was eventually rescued and returned to Japan, where he was welcomed as a hero and there declared that he was ashamed for not having fulfilled his mission. Despite the technological changes very quickly adapted to his new life, he wrote two books and worked on television in a program of survival tactics. He died in 1997 after having expressed their disenchantment with modern Japan.

Unfortunately many "san-ryu-scha" or so lucky, and malaria, along with native wild attacks ended their lives.

Source:
Artículo ABC "La Segunda Guerra Mundial. Cincuenta años después".

jueves, 26 de agosto de 2010

El bombardeo de las ciudades alemanas.


La muerte desde el cielo


Los británicos, en un primer momento, y más tarde los norteamericanos, comenzaron por probar los efectos de los bombarderos sobre las ciudades como en Mönchenglabach o en Mannhein dónde una sola bomba destruyó todo el hospital provincial. El Bomber Command estimó que se perdía muchos recursos en la localización de los blancos industriales y legítimos de modo que en 1941 se comenzó a renunciar a la localización de estos blancos pasando al bombardeo indiscriminado de las ciudades.   

Sobre Alemania; se lanzaron 1.356.828 bombas incendiarias. El profesor Lindemann recibió la confianza de Winston Churchill y lo propuso como jefe del gabinete británico al frente de los bombardeos. Lindemann presentó un informe que defendía el bombardero aéreo masivo sobre las ciudades alemanas en el marco de una campaña aérea que empezaría en 1942. El gabinete británico aceptó las directrices de Lindemann y fue Harris en encargado de llevar a cabo las doctrinas del profesor volviéndose una parte fundamental en la guerra total contra Alemania. En el informe de Lindemann se ponía como objetivo prioritario los centros industriales alemanes y destruir tantas casas como fuera posible. Viviendas de obreros que fueron arrasadas con tormentas de fuego y bombas explosivas de hasta cinco toneladas de peso. Al destruir las casas de los obreros se produciría un colapso en la industria alemana, sus cálculos mostraron que el Bomber Command de la RAF podría destruir la mayoría de las casas urbanas de Alemania. El plan resultó en un principio muy polémico antes incluso de comenzar, pero el gobierno pensó que era la única manera de atacar directamente a Alemania y además los soviéticos, acuciados por la necesidad, reclamaban a los aliados occidentales un segundo frente para distraer tropas alemanas ahora empeñadas en Rusia. Con la idea de destruir casas en 6 ataques aéreos sobre la cuenca del Rhur en 1943 dejaron sin hogar a 40.000 personas en Duisburgo el 13 de mayo, más de 50.000 en Dortmund el 24, 80.000 en Wuppertal el día 30, 140.000 en Düsseoldorf el 12 de junio, 72.000 en Krefeld el 22 y a 33.000 personas en Mülheim el día 23. En total 415.000 personas sin hogar en poco menos de dos meses.



En septiembre de 1942 Arthur Harris afirmó “No puedo esperar que con un despliegue de 600 o 700 bombarderos sucumba la mayor potencia industrial de Europa. Pero con 30.000 bombarderos la guerra sí se acaba mañana”.La ofensiva sobre el Rhur comenzó en 1943 bombardeando sus ciudades e industrias como sucedió en Remscheid. Tras el último ataque sobre la ciudad el 30 de julio 21.000 civiles habían muerto, de las 14.000 viviendas que tenía la ciudad 11.000 quedaron destruidas. Ese mismo día una formación de 273 bombarderos arrasaron el 83% de una superficie urbana donde vivían 95.000 personas. La humareda sobre la ciudad se elevó 4.500 metros en el cielo, después cayeron cinco bombas de 2 toneladas por minuto durante 45 minutos. La dotación de bombarderos que disponía el Bomber Command no permitía acabar con un objetivo de una sola vez de modo que las incursiones se repetían, así Colonia fue atacada 262 veces, Essen en 272, Dusseldorf en 243 y Duisburgo en 299.

Según el plan entre 1943 y 1944 se debería arrojar sobre Alemania 1.250.000 toneladas de bombas “25 millones de alemanes quedan sin techo, 900.000 mueren y un millón resultan gravemente heridos"

La justificación fueron varias, la destrucción de las casas de los obreros provocaría el colapso de la industria alemana y según sus estudios (de Lindemann) el Bomber Command de la RAF podría destruir la mayoría de las casas urbanas de Alemania. En un principio, el plan resultó muy polémico. Los británicos en un primer momento, y más tarde los norteamericanos, comenzaron por probar los efectos de los bombardeos sobre las ciudades como en Mönchengladbach o en Mannhein donde una sola bomba destruyó todo el hospital provincial. 




Otro de los motivos fue que el Bomber Command estimó que se perdían muchos recursos en la localización de los blancos industriales y en 1941 se comenzó a renunciar a la localización de estos blancos. En agosto, el Gobierno y el Parlamento presentaron un estudio, el informe Butt que venía a indicar la proporción de aviones que alcanzaban su objetivo con circunstancias ideales y era de un tercio. Por objetivo se entendía a partir del informe Butt un área de 8 kilómetros entorno al objetivo principal. Los ataques de pricipios de la guerra poco tenían que ver con la devastación causada, sobre todo, a partir de 1943 ya abandonada el idealismo de la correcta localización de los blancos militares legítimos .

De este modo, el domingo de Ramos de 1942 un formación de 432 bombarderos cargados con 400 toneladas de bombas, dos tercios de ellas incendiarias, se dirigieron a Lübeck. Las llamas devoraron todo lo que pudieron, muelles, grúas, almacenes y 1.500 casas históricas. En total ardieron 130 kilómetros de calles, el 62% de las casas fueron destruidas o gravemente dañadas. La catedral que databa de 1173 fue arrasada, junto con las 25.000 bombas incendiarias de racimo se empleó por primera vez la bomba de benzol y goma de 250 libras.

La ciencia se puso una vez más al servicio de la destrucción y el consejo científico de Churchill, cuya cabeza visible era el profesor Cherwell, había calculado que eran necesarias 10.000 bombas incendiarias para dejar sin techo a 22 millones de alemanes, un tercio de la población total, y acabar así con la resistencia. Según el plan entre 1943 y 1944 se debería arrojar sobre Alemania 1.250.000 toneladas de bombas. De acuerdo con las estimaciones de Portal los británicos hasta el otoño de 1942 ya habían arrojado 60.000 toneladas de bombas.

Pero no solo se trataba de atacar a la población civil y núcleos urbanos. Se idearon otros medios para incendiar las cosechas, provocar incendios forestales en la Selva Negra y bosques turingios. Sin embargo los campos alemanes resultaron demasiado verdes para que el fuego ocasionase daños y finalmente, los ingenios incendiarios ideados para tal fin (Razzley y Decker) fueron lanzados sobre las ciudades. Otro ingenio incendiario que funcionaba mejor fue una bomba líquida de 30 libras, su producción comenzó en 1940 y para 1944 se habían lanzado sobre las ciudades alemanas 30.000 bombas de este tipo. Solo media 83 centímetros de largo, de forma alargada similar a un puro podía penetrar varias plantas de un edificio al caer desde los bombarderos. Al chocar se extendía una solución viscosa de benzol y goma que cubría una superficie de 40 por 50 metros, al arder esta solución era inextinguible por medios caseros. 



Otro de los objetivos "militares" para los británicos fueron las presas del Rhin. Los primeros objetivos fueron los diques del valle de Möhne y los del valle de Sorpe, a 17 kilómetros de distancia. Ambos proporcionaban el 70% de las necesidades de la cuenca del Rhur y agua potable para 4 millones de personas. Más grandes aún eran las presas de valle de Eder con una capacidad de 202 millones de metros cúbicos de agua. La voladura de este embalse cortó la navegación fluvial por el tramo superior del río Weser, secó el río Ackerbau y anegó la ciudad de Kassel. En total 210 millones de toneladas de agua se tragaron la vida de 1.300 civiles. Nueve meses después de esto los británicos contemplaron la posibilidad de atacar Alemania con agentes bacteriológicos, con bombas de 1´8 kilos rellenas de esporas de carbunco, media docena de bombarderos podrían transportar la cantidad suficiente para aniquilar todo en un radio de 2´5 kilómetros cuadrados y hacer esta área inhabitable en lo sucesivo. Estas armas se encargaron a EE.UU. el 8 de marzo de 1944 pero el desembarco en Normandía terminó, afortunadamente, con su futuro empleo.

Los ingleses habían descargado en nueve meses la mitad del tonelaje que habían lanzado durante los 60 anteriores, desde el comienzo de la ofensiva sobre el Rhur hasta finales de 1943 se había matado a 8.100 civiles al mes, pero esta escalofriante cifra aumentó hasta los 13.500 a partir de julio de 1944. Los preparativos para el desembarco de Normanía provocó bombardeos sobre objetivos franceses matando a 120.000 civiles franceses. Bucarest fue atacada el 17 de abril de 1944 matando a 12.000 civiles en el ataque.

Con la ofensiva terrestre bloqueada entre septiembre y diciembre de 1944 la flota de bombarderos aliados exterminaron a 107.000 civiles, solo un año antes en ese mismo lapso de tiempo acabaron con la vida de 23.500 personas.Durante el último año de guerra los americanos lanzaron un promedio de una tonelada de bombas cada minuto, 165.000 toneladas entre el 16 de septiembre y el 31 de diciembre de 1944. Los británicos, por su parte, arrojan 265.000 toneladas más con su flota de 72.800 aparatos entre agosto y diciembre del mismo año. La segunda ofensiva sobre la cuenca del Rhur comenzó el 18 de febrero bombardeando la ciudad de Wesel, con 24.000 habitantes, en tres oleadas consecutivas. Tras los ataques el 97% de la ciudad fue destruida por completo y al final de la ofensiva sobre el Rhur entre octubre y diciembre 15.000 civiles habían muerto por los bombardeos aliados. El 12 de marzo el objetivo de 1.108 bombarderos fue Dortmund de la que desapareció un área de un kilómetro de ancho por cinco de largo por la acción de 4.158 toneladas de bombas. Durante 1944 los bombardeos causaron la muerte de 127 civiles al día, pero esta cifra aumentó hasta las 1.023 personas entre enero de 1945 y el final de la guerra.

Esotos son solo unos pocos datos de la devastación causada sobre las ciudades alemanas y su población civil.

La ciudad de Hambuergo tras los bombardeos. Los bombardeos realizados entre el 27 y el 29 de julio de 1943 consumieron 9 millas cuadradas de ciudad bajo las llamas dejando 45.000 muertos y más de un millón de residentes sin hogar.

La ciudad de Dresden tras el devastador bombardeo de 1945




Bibliografía
TERRAINE, J. “The right of the line” Londres, 1988 
MaC BEAN, J; HOGBEN, A.“Bombs gone. The development and the use of British air-dropped weapons from 1912 to the present day”, Wellingborough, 1990 
FRIEDRICH, J. The Fire. The bombing of Germany 1940-1945” Columbia University Press, 2002


English version

The British, at first, and later the Americans, began to test the effects of bombing on the cities like Mannheim Mönchenglabach or where one bomb destroyed the entire provincial hospital. The Bomber Command estimated that lost heavily in the location of legitimate industrial targets and so in 1941 he began to give the location of these targets from the indiscriminate bombing of cities.

About Germany threw firebombs 1,356,828. Professor Lindemann was Winston Churchill's confidence and proposed as head of the British cabinet in charge of the bombing. Lindemann presented a report that advocated massive aerial bombing on German cities as part of an air campaign to begin in 1942. The British Cabinet accepted guidelines Harris Lindemann and was responsible for carrying out the doctrines of the teacher becoming a fundamental part in the war against Germany. Lindemann's report is put as a priority the German industrial centers and destroying many homes as possible. Housing workers who were leveled by fire storms and explosive bombs of up to five tons. By destroying the homes of the workers would be a collapse in German industry, their calculations showed that the RAF Bomber Command could destroy the majority of urban households in Germany. The plan was initially highly controversial even before you start, but the government thought it was the only way to attack Germany and also directly to the Soviets, beset by necessity, the Western allies demanded a second front to divert German troops now committed in Russia. With the idea of ​​destroying six houses in airstrikes on the Ruhrgebiet in 1943 left 40,000 people homeless in Duisburg on 13 May, more than 50,000 in Dortmund 24, 80,000 in Wuppertal on 30, 12 Düsseoldorf 140,000 June 72 000 Krefeld 22 and 33,000 people in Mülheim on the 23rd. In total 415,000 people homeless in less than two months.

In September 1942 Arthur Harris said "I can not wait for a deployment of 600 to 700 bombers succumb largest industrial power in Europe. But with 30,000 other bombers war ends tomorrow. "The attack on the Ruhr in 1943 began bombing their cities and industries as in Remscheid. After the last attack on the city on July 30 civilians were killed 21,000 of the 14,000 houses that the city had 11 000 were destroyed. That same day a formation of 273 bombers devastated 83% of an urban area where 95,000 people lived. The smoke rose over the city 4500 meters in the sky, then dropped five bombs of 2 tons per minute for 45 minutes. The provision of bombers available to the Bomber Command did not allow a goal to end at once so that the raids were repeated, and Cologne was attacked 262 times, 272 Essen, Dusseldorf and Duisburg in 243 in 299.

Under the plan between 1943 and 1944 should be shed on Germany 1,250,000 tons of bombs "25 million Germans left homeless, 900,000 killed and seriously injured a million"

The justification was several, destroying the homes of workers would cause the collapse of German industry and according to their studies (Lindemann) Bomber Command of the RAF could destroy most of the townhouses in Germany. Initially, the plan proved highly controversial. The British at first, and later the Americans, began by testing the effects of the bombing of cities like Mannheim Mönchengladbach or a single bomb which destroyed all the provincial hospital.

Another reason was that Bomber Command estimated that they lost heavily in the location of industrial targets and in 1941 began to give the location of these targets. In August, the government and parliament presented a study, the report Butt who came to indicate the proportion of aircraft that reached their target with ideal conditions and was third. Intended to be understood from the report Butt an area of ​​8 km around the main objective. Pricipio attacks of the war had little to do with the devastation, especially from 1943 and abandoned the idealism of the correct location of the legitimate military targets.

Thus, on Palm Sunday 1942, a formation of 432 bombers loaded with 400 tons of bombs, two thirds of them incendiaries, went to Lübeck. The flames devoured everything they could, docks, cranes, warehouses and 1,500 historic homes. In total 130 km of streets were burned, 62% of homes were destroyed or badly damaged. The cathedral, dating from 1173 was destroyed, along with the 25,000 cluster bombs were used incendiary first pump benzene and rubber 250 lbs.

Science was once again the service of destruction and the Scientific Council of Churchill, whose figurehead was the teacher Cherwell, had estimated that 10,000 incendiary bombs were necessary to leave 22 million homeless Germans, one third of the population total, and thereby put an end to resistance. Under the plan between 1943 and 1944 should be shed on Germany 1,250,000 tons of bombs. According to estimates by the British Home until autumn 1942 and had dropped 60,000 tons of bombs.

But not only tried to attack civilians and cities. Other means were devised to set fire to crops, forest fires in the Black Forest and Thuringian forests. However the German camps were too green for the fire damage and finally, the incendiary mills designed for this purpose (Razzley and Decker) were dropped on the cities. Another incendiary wit worked best was a liquid pump 30 pounds, his production began in 1940 and 1944 were launched on German cities such pumps 30,000. Only 83 half inches long, elongated like a cigar could penetrate several floors of a building falling from the bombers. At the crash spread a viscous solution of benzene and rubber covering an area of ​​40 by 50 meters, this solution was unquenchable burning for home media. Another objective "military" for the British were the prey of the Rhine. The first targets were dams and valley Mohn Sorpe Valley, 17 miles away. Both provide 70% of the needs of the Ruhrgebiet and drinking water for 4 million people. Bigger still was the Eder valley dams with a capacity of 202 million cubic meters of water. Blowing up this reservoir cut river navigation by the upper stretch of the river Weser, the river dried Ackerbau and flooded the city of Kassel. In total 210 million tons of water engulfed the lives of 1,300 civilians. Nine months after that the British considered the possibility of attacking Germany with bacteriological agents, with 1.8 kilos bombs filled with anthrax spores, half a dozen bombers could deliver enough to destroy everything within a radius of 2.5 kilometers square and make the area uninhabitable in the future. These weapons were ordered to the U.S. on March 8, 1944 but ended up landing in Normandy, fortunately, with their future employment.

The English had downloaded nine months half of the tonnage they had launched during the previous 60 since the beginning of the attack on the Ruhr until the end of 1943 to 8,100 civilians killed per month, but this staggering figure increased to 13,500 to As of July 1944. Preparations for the landing of bombing targets Normania French led to 120,000 French civilians killed. Bucharest was attacked on April 17, 1944, killing 12,000 civilians in the attack.

With the ground offensive blocked between September and December 1944 the fleet of Allied bombers wiped out 107,000 civilians, one year before in the same period of time took the lives of 23,500 personas.Durante the last year of war the Americans launched an average one ton of bombs every minute, 165,000 tons between September 16 and December 31, 1944. The British, meanwhile, shed more than 265,000 tons with its fleet of 72 800 aircraft between August and December of that year. The second attack on the Ruhr Basin began on February 18 bombing the city of Wesel, with 24,000 inhabitants in three consecutive waves. After the attacks, 97% of the city was completely destroyed and the end of the attack on the Ruhr between October and December 15,000 civilians were killed by Allied bombing. The March 12 target of 1,108 of the bombers was Dortmund who disappeared an area a mile wide and five long and the action of 4158 tons of bombs. During 1944 bombing killed 127 civilians a day, but this figure increased up to 1023 people between January 1945 and the end of the war.

These are just a few data on the devastation of German cities and civilian population.

bibliography
TERRAINE, J. “The right of the line” Londres, 1988 
MaC BEAN, J; HOGBEN, A.“Bombs gone. The development and the use of British air-dropped weapons from 1912 to the present day”, Wellingborough, 1990 
FRIEDRICH, J. The Fire. The bombing of Germany 1940-1945” Columbia University Press, 2002
 

miércoles, 25 de agosto de 2010

“Lady be Good”. La tragedia de los aviadores que naufragaron en el desierto


Lady be Good”.  La tragedia de los aviadores que naufragaron en el desierto



En abril de 1943 las fuerzas Aliadas controlaban la práctica totalidad del norte de África y tan sólo los restos de la DAK mantenía una pequeña bolsa en el norte de Túnez. A lo largo de la costa los numerosos aeródromos anglosajones se dedicaban a preparar el próximo asalto a Europa atacando objetivos en Sicilia e Italia a través del Mediterráneo.

Entre estos aeródromos se encontraba la pista de Soluch, situada a 50 Km al sur de Bengasi y 380 Km al este de la frontera entre Egipto y Libia. Allí tenía su base los cuatrimotores Consolidated B-24 Liberator del 376º Bomber Group de la 9º Fuerza Aérea norteamericana, atacando toda la cuenca del Mediterráneo.

Objetivo: El puerto de Nápoles.

La tripulación delLady be Good”.

Teniente William J. Hatton. Piloto
Teniente segundo Robert F. Toner. Copiloto
Teniente segundo Dp. Hyes. Navegante.
Teniente segundo John S. Woravka. Bombardero.
Sargento Harold J. Kipslinger. Mecánico de vuelo.
Sargento Robert E. La Motte. Operador de radio.
Sargento Samuel E. Adams. Artillero.
Sargento Vernon L. Moore. Artillero.
Sargento Guy E. Shelley. Artillero.



Tripulación del "Lady be Good"


Desorientados en la confusa noche del desierto.

En su vuelo de regreso al aeródromo, el “Lady be Good” había perdido contacto con el resto de los aparatos y también con el control de tierra. A las 12:10 de la noche del 5 de abril la estación de radio-dirección de vuelos Benina, situada en Bengasi, oyó al teniente Hatton pedir su rumbo, pues no sabía dónde se encontraba. Por desgracia en 1943 las estaciones sólo tenían una antena que, aunque proporcionaban rumbos con precisión, no podía diferenciar si el avión se acercaba o se alejaba. Así los operadores del radar, viendo que se había atacado Nápoles, pensaron que fuertes vientos habían ralentizado el avance del Liberador y radiaron un rumbo de 330 grados. La tripulación del B-24 dio por bueno el dato y continuaron con el opuesto de 250 grados al sudeste… directamente hacia el desierto del Sahara, ya que ellos habían sobrepasado hacia tiempo la costa y se adentraban cada vez más en el océano de arena. 



"Naufragar" entre dunas y rocas.

En la noche las arenas del desierto se confunde con el agua del desierto visto a gran altura y tuvo que pasar una hora hasta que Hatton se diera cuenta de lo que ocurría. Para entonces ya no tenían combustible ni alcance de radio para comunicar su situación. No queriéndose a arriesgar a un aterrizaje de emergencia, el piloto ordenó abandonar el aparato. Uno se puede hacer a la idea de la angustia que sintieron los tripulantes cuando descendieron en sus paracaídas con sus chalecos salvavidas y flotadores, cayendo en la arena del desierto. Lo peor era que en 300 kilómetros a la redonda no había más que las ardientes y sofocantes arenas del desierto del Sahara. Los ocho supervivientes pasaron la noche allí mismo y al amanecer buscaron al único tripulante que había desaparecido, el teniente segundo Woravka, pero no lo hallaron por los alrededores.


Sin embargo encontraron las rodadas de cinco vehículos que parecían dirigirse a Bengasi y se decidieron por seguirlas con tan solo una botella de agua para cada uno. Llevaron consigo las lonas de los paracaídas para ir señalando su paso. El teniente Toner anotó en su diario;

Domingo 5. Comenzamos a andar hacia el noreste. Aún sin John. Sólo unas pocas raciones, media cantimplora de agua y una cucharada llena al día. Hace mucho calor. Algo de brisa del noreste. Noche muy fría, no dormí. Descansamos y caminamos.”

También el sargento Ripslinger escribió lo sucedido;

Domingo 5 de abril. Todos menos Woravka nos encontramos al amanecer. Esperamos un rato y comenzamos a andar. Sólo medio sándwich, un caramelo y una taza de agua en las últimas treinta y seis horas

La historia de los diarios.

Abandonando sus chalecos salvavidas, construyendo flechas hacia el noroeste con los paracaídas cada 15 kilómetros, con buena moral y en medio de un calor insufrible la tripulación cubrió sus primeros 40 kilómetros. Al atardecer del día 6 encontraron huellas de una columna de vehículos y, en la duda, el teniente Hayes y el sargento Adams siguieron el nuevo rastro. Ambos grupos colocaron una señal en el lugar de la separación, pero Hayes y Adams, al no encontrar nada y temiendo perderse de los otros 6 volvieron con ellos.

Así pasaron el miércoles y el jueves. Toner anotó;

La misma rutina. Nos estamos debilitando y no iremos mucho más lejos. Rezamos todo el tiempo. Otra vez la tarde es un infierno de calor. No puedo dormir…

Alternaron la marcha con el descanso, sedientos soportaron y soportando los abrasadores días y las frías noches del desierto libio; escudriñaban en cielo en busca de aviones de rescate que no llegaban. El viernes cambiaron las pedregosas llanuras del desierto por un gran mar de dunas. En el diario de Ripslinger aún puede leerse;

Viernes 9 de abril. Ya es quito día, y todos pensamos que todo ha acabado. A mediodía hacía tanto calor que todos deseábamos dormir. La mañana y la noche o.k.

En espera de la muerte.

Aquella tarde, tras haber cubierto 105 kilómetros desde el lugar del salto, los tenientes Hatton, Toner y Hayes y los sargentos Adams y La Motte, este último ya ciego, no pudieron más y se sentaron a esperar la muerte. Los tres que se encontraban en mejores condiciones físicas, los sargentos Ripslinger, Moore y Shelley, siguieron adelante. Toner, cada día más débil escribía;

Domingo 11. Aún esperamos ayuda, aún rezamos. Los ojos mal, perdiendo todo el peso… todo me duele… Podríamos hacerlo si tuviéramos agua; tan sólo queda para mojar la lengua. Tenemos esperanzas de ayuda muy pronto. No descansamos. Aún en el mismo sitio. Lunes 12. Aún no llega el auxilio. Muy –ilegible- fría noche” Aquí acaba el diario.

Treinta kilómetros al norte, entre las ardientes dunas del Cañasamcio, perecieron Moore y Ripslinger, que terminó su diario el día 11;

Domingo 11 de abril. Aún peleamos para salir de las dunas y encontrar agua.

El punto final de aquella épica y trágica marcha lo puso Guy Séller, un joven de Ohio de 26 años, que aún anduvo durante dos o tres días más, sin nada de agua, solo, hasta cubrir más de 140 Km desde el inicio de aquella pesadilla… hasta que finalmente también sucumbió.

Oficialmente, desaparecidos.

Mientras, a 440 Km de distancia más al norte, se montó una operación de rescate desde la base de Soluch, pero sólo se barrió el Mediterráneo. La tripulación fue dada por desaparecida. En abril de 1944, con Sicilia y el sur de Italia en manos Aliadas, al no hallar restos de un posible derribo se escribió en sus fichas “presumiblemente muerto”

En 1946 y 1948 el Servicio de Registro de Tumbas del Ejército norteamericano, tras examinar documentos italianos y alemanes capturados, y certificar que no habían sido derribados ni hechos prisioneros, los declaró oficialmente como muertos en acción, posiblemente al caer al Mediterráneo. Se escribieron los nombres de los aviadores en la Tumba Memorial del cementerio de guerra norteamericano en Cartago, Túnez.

Al terminar la guerra, Cirenaica y Tripolitania, ex colonias italianas, fueron agrupadas en 1949 en el reino de Libia. La RAF retuvo una base en El Adem, junto a Tobruk, y la USAAF en Wheelus, cerca de Trípoli. En los años 50 el desierto libio fue escenario de multitud de prospecciones petrolíferas y numerosos expertos y exploradores eran enviados por las grandes compañías en busca de posibles yacimientos.

 Vista aérea del "Lady be good"


Un rescate demasiado tardío.

El 9 de noviembre de 1958, una avioneta privada notificó al regresar al aeropuerto haber visto un avión pintado de rosa, con divisas de la USAAF, mucho más al sur de la zona en que se había combatido durante la guerra del desierto. En febrero de 1959, una partida topográfica dio con los restos del aparato, que parecía haber realizado un aterrizaje forzoso, pero en el que no había rastro de tripulantes, ni de sus paracaídas.

Restos del B-24 al ser encontrado


La noticia llegó a la base de Wheelus, que lo transmitió al Alto Mando en Alemania y en Washington los periódicos se hicieron eco de la noticia. Fueron localizadas las viudas de Hatton y Adams, que habían rehecho su vida contrayendo de nuevo matrimonio, y un hijo del último, de 16 años, que no llegó a conocer a su padre.

Desde la base de Wheelus fueron enviados aviones para reconocer los restos, identificados en los archivos. Todo estaba intacto, tras 16 años en el desierto. Las ametralladoras aún funcionaban, había ceniza en los ceniceros y quedaba café en el termo del sargento Ripslinger. El aparato no tenía una gota de combustible en sus depósitos, pero ¿donde estaban los tripulantes?

Se estableció un campamento y se contrataron los servicios de varios exploradores para realizar una batida sistemática de los alrededores. A 10 kilómetros del “Lady be Good” encontraron las huellas de aquellos cinco vehículos que siguieron los aviadores… y luego unos flotadores, unas botas y unas flechas hechas con tela de los paracaídas. Los expertos estaban asombrados de no haber encontrado restos humanos. En su opinión, nadie podía andar sin agua por el desierto más de un día o dos. La minuciosa búsqueda no dio resultados concretos y tras peinar una zona de 6.000 kilómetros cuadrados a píe, con vehículos, helicópteros y fotografías aéreas, el Ejército estadounidense dio por concluida la misión de búsqueda.

Pero el 11 de febrero de 1960 un equipo de British Petroleum encontró, a 90 kilómetros al norte de los restos del avión, cinco cadáveres agrupados en un pequeño campamento, que posteriormente fueron identificados como los de Hatton, Toner, Hayes, Adams y La Motte. Junto a ellos había gafas, guantes, botellas y el angustioso diario del teniente Toner, que dio las claves de la tragedia.


Una nueva expedición de rastreo, basada en los datos del diario, resultó fallida, pero también un equipo petrolífero halló 35 kilómetros al norte de los otros cinco, un cadáver con el diario que le identificó como el sargento Ripslinger. Y 15 kilómetros más al norte apareció el tenaz Séller, Moore nunca fue encontrado y reposa en algún lugar entre las dunas. Los últimos restos encontrados fueron los de John Woravka que murió al estrellarse contra el suelo y no abrirse el paracaídas. Junto a él se encontró una botella llena de agua. Tras ser abandonado por su tripulación el “Lady be Good” continuó volando hasta que sin combustible planeó hasta aterrizar en un sorprendente buen estado, con todo su instrumental intacto.

Últimas fotos del "Lady Be Good" tomadas en Tobrouk de Libia. Los restos del B-24 ahora se almacena en Jamal Abdelnasser la Base Aérea de Libia. Fotos tomadas el 30 de agosto de 2009

El tema fue objeto de un capítulo de la exitosa serie Cuentos asombrosos (Amazing Stories) dirigida por Steven Spielberg entre 1985 y 1987 para la NBC. El capítulo fue el quinto de la 1º Temporada.


Fuentes:
Mcclendon, D. E. The Lady Be Good: Mystery Bomber Of World War II  The John Day Company,1962
Leslie, E. E. “Desperate Journeys, Abandoned Souls”. Boston: Houghton Mifflin Company, 1988. pp. 455-459. 


English version

In April 1943 the Allied forces controlled almost all of North Africa and only the remnants of the DAK kept a small bag in northern Tunisia. Along the coast many airfields whites engaged to prepare the next assault on Europe by attacking targets in Sicily and Italy across the Mediterranean.

These airfields was Soluch track, situated 50 km south of Benghazi and 380 km east of the border between Egypt and Libya. There was based the four-engine B-24 Liberator Bomber Group of the 376 th in the 9th U.S. Air Force.

Objective: the port of Napoles.

The crew of "Lady Be Good".

Lt. William J. Hatton. Pilot
Second Lieutenant Robert F. Toner. co-pilot
Second Lieutenant Dp. Hyesan. Navigator.
Second Lieutenant John S. Woravka. Bomber.
Sergeant Harold J. Kipslinger. Flight Engineer.
Sergeant Robert E. La Motte. Radio operator.
Sergeant Samuel E. Adams. Gunner.
Sergeant Vernon L. Moore. Gunner.
Sergeant Guy E. Shelley. Gunner.

Disoriented in the desert night.

In his flight back to the airfield, the "Lady be Good" had lost contact with the other equipment and ground control. At 12:10 pm on April 5 radio station flight direction of Benin in Benghazi, Lt. Hatton heard to ask his way, not knowing where he was. Unfortunately in 1943 the stations had only one antenna, while providing precise directions, I could not tell if the plane is closer or farther away. So radar operators, seeing that he had attacked Naples, thought that strong winds had slowed the advance of the Liberator and radioed a heading of 330 degrees. The crew of the B-24 gave the data well and continued with the 250 degrees opposite of southeast ... directly to the Sahara Desert, as they had exceeded the time to shore and deeper and deeper in the ocean of sand.

Wreck among the dunes and rocks.

At night the desert sand blends with the desert water seen at high altitude and had to spend an hour until Hatton realized what was happening. By then it had no fuel or radio range to communicate their situation. Not wanting to risk an emergency landing, the pilot ordered to leave the device. One can make the idea of ​​the anguish felt by the crew when they descended in their parachutes and float life jackets, landing in the desert sand. The worst was that in 300 miles around there was only the hot and sultry sands of the Sahara desert. The eight survivors spent the night there and at dawn sought the only crew who had disappeared, the second lieutenant Woravka, but found him not around.

"Lady be good" in 1959
 
 But the shot found five vehicles that appeared to go to Benghazi and decided to stick with just one bottle of water for each. They brought the canvas of parachutes to go pointing your way. Lieutenant Toner wrote in his diary;

"Sunday 5. We started walking towards the northeast. Even without John. Only a few rations, half a canteen of water and a spoonful a day. It's hot. Some breeze from the northeast. Very cold night, no sleep. Rest and walk."

Sgt Ripslinger also wrote what happened;

"Sunday, April 5. All but Woravka we are at dawn. We waited a while and started to walk. Only half a sandwich, a candy and a cup of water in the last thirty-six hours"

The story of the day.

Abandoning their life jackets, building arrows towards the northwest with the parachute every 15 kilometers, with good morals and in the midst of unbearable heat the crew covered the first 40 kilometers. On the evening of day 6 found traces of a column of vehicles and, in doubt, Lieutenant Hayes and Sergeant Adams followed the new trail. Both groups placed a sign in the place of separation, but Hayes and Adams, finding nothing and fearing to lose the other 6 went with them.



They spent Wednesday and Thursday. Toner scored;

"The same routine. We are weakening and will not go much further. We pray all the time. Again the afternoon heat is hell. I can not sleep ..."

Alternated with rest up, hungry and bearing endured the scorching days and chilly nights of the Libyan desert, peered in the sky for rescue aircraft did not arrive. On Friday changed the stony desert plains of the great sea of ​​dunes. In the diary you can still read Ripslinger;

"Friday April 9. It is quito day, and everybody thought it all over. At noon it was so hot we all wanted to sleep. The morning and evening o.k."

Pending death.

That afternoon, having covered 105 miles from where the jump, Lieutenants Hatton, Toner, and Hayes and Sergeants Adams and La Motte, the latter now blind, unable to sit longer and wait to die. The three who were in better physical condition, the sergeants Ripslinger, Moore and Shelley continued. Toner, wrote weaker every day;

"Sunday 11. We still hope to help even pray. Bad eyes, losing all the weight ... everything hurts ... could do if we had water that remains is to wet the tongue. We hope to help soon. No rest. Even in the same place. Monday 12. Still no relief comes. Very cold night-unreadable-"Here ends the diary.

Thirty miles north, between the hot dunes Cañasamcio perished Ripslinger Moore, who finished his diary on 11;

"Sunday April 11. Still fight to get out of the dunes and find water."

The end point of that epic and tragic Guy put up Keller, a young man from Ohio 26 years, still went for two or three days without any water, only to cover over 140 km from the start of that nightmare ... until eventually also succumbed.

Officially missing.

Meanwhile, 440 miles away to the north, mounted a rescue operation from the base of Soluch, but only swept the Mediterranean. The crew was reported missing. In April 1944, Sicily and southern Italy in Allied hands, finding no traces of a possible demolition was written in his chips "presumed dead"

In 1946 and 1948 the American Graves Registration Service of the U.S. Army, after examining captured Italian and German documents and certify that they had been shot down or made prisoners, officially declared as killed in action, possibly falling into the Mediterranean. They wrote the names of Airmen in the Tomb Memorial American war cemetery at Carthage, Tunisia.

After the war, Cyrenaica and Tripolitania, former Italian colonies, were grouped in 1949 in the kingdom of Libya. The RAF retained a base in El Adem, near Tobruk, and the USAAF in Wheelus, near Tripoli. In the 50´s the Libyan desert was the scene of many oil exploration ande numerous experts and scouts were sent out by large companies for possible sites. 

"Lady be Good" Today

A late rescue.

On November 9, 1958, a private plane to return to the airport reported seeing a plane painted pink with currencies of the USAAF, far south of the area in which they had fought during the war in the desert. In February 1959, gave a party surveying the wreckage that appeared to have made a forced landing, but in which there was no trace of crew or their parachutes.

The news reached the base of Wheelus, who forwarded it to the High Command in Germany and Washington newspapers echoed the news. Widows were located Hatton and Adams, who had rebuilt his life back contracting marriage and a son of the last 16 years, who never knew his father.

From the base of aircraft were sent Wheelus to recognize the remains identified in the files. Everything was intact after 16 years in the wilderness. The guns were still functioning, there was ash in the ashtrays and coffee in the thermos was Sergeant Ripslinger. The device did not have a drop of fuel in their tanks, but where were the crew?

They established a camp and enlisted the services of multiple browsers for a systematically whipped around. 10 kilometers from "Lady Be Good" found traces of those five vehicles that followed the Flyers ... and then some floats, some boots and arrows made of parachute fabric. Experts were astonished not to have found human remains. In his opinion, no one could walk through the desert without water than a day or two. The painstaking search gave no concrete results after combing an area of ​​6,000 square kilometers on foot, with vehicles, helicopters and aerial photographs, the U.S. military closed the search mission.

But the February 11, 1960 a team of British Petroleum found, 90 kilometers north of the wreckage, five bodies grouped in a small camp, which were later identified as those of Hatton, Toner, Hayes, Adams and La Motte . Next to them was goggles, gloves, bottles and daily anguish Toner lieutenant who gave the keys to the tragedy.

A new shipment tracking, based on daily data, was flawed, but also a petroleum equipment found 35 kilometers north of the other five, a corpse with the newspaper identified him as Sergeant Ripslinger. And 15 miles to the north appeared the tenacious Keller, Moore was never found and lies somewhere between the dunes. The last remains found were those of John Woravka who died crashing into the ground and not open the parachute. Next to him was found a bottle filled with water. After being abandoned by his crew on "Lady Be Good" continued to fly until out of fuel planned to land on a surprisingly good condition, with all their equipment intact.

 Recovered crew members in remains pouches reverently covered by U.S. Flags


Latest photos of  "Lady Be Good", taken in Tobrouk Libya. The remains of the B-24 is now stored in Jamal Abdelnasser Air Base in Libya. Photos taken on August 30, 2009

The topic was the subject of a chapter of the hit series Amazing Stories (Amazing Stories) directed by Steven Spielberg from 1985 to 1987 for NBC. The chapter was the fifth in the Season 1.

Bibliography
Mcclendon, D. E. The Lady Be Good: Mystery Bomber Of World War II  The John Day Company (1962)
Leslie, E. E. “Desperate Journeys, Abandoned Souls”. Boston: Houghton Mifflin Company, 1988. pp. 455-459.