El viaje final del I-52
El I-52 era un submarino transoceánico de apenas un año de existencia que estaba encuadrado en el Cdr. Uno Kameo y pronto intentaría llegar a Alemania con un cargamento en 1944 desde Kure. Tan solo dos submarinos japoneses habían logrado completar el viaje, el I-8 y el I-30, mientras que otros dos aventureros yacen en el fondo del mar hundidos por los aliados.
El 1 de mayo de 1944 zarpó del puerto de Kure con destino Singapur dónde recogieron otros 8 civiles más que se unieron a los 7 ingenieros que ya viajaban en él. El I-52 tenía una dotación en aquellos momentos de 84 marineros y 11 oficiales. El objetivo del pasaje civil era la familiarización con las efectivas lanchas torpederas (schnellboots) alemanas de las que los japoneses carecían.
Sin embargo los movimientos del I-52 no pasaron desapercibidos a los servicios de inteligencia norteamericanos que no estaban dispuestos a que completase su viaje. Para el 15 de mayo el I-52 dobló África repostando aire fresco durante la noche y viajando sumergido durante el día. Ya en junio, el día 23, aún en el Atlántico, a unas 1.200 millas al oeste del archipiélago de Cabo Verde el submarino de 102 metros de eslora y con la bandera japonesas en el mástil emergió a reponer aire fresco. En su torre se podía distinguir el numeral que lo identificaba como I-52. En sus bodegas de carga viajaban 300 toneladas de materiales estratégicos para Alemania; tungsteno y molibdeno, magnesio, cerca de tres toneladas de opio, 3.000 kilos de quinina, caucho, 146 lingotes de oro empaquetados en 49 cajas de metal.
En ese punto se encontró con el U-Boot alemán U-530, bajo el mando del Kapitanleutnant Kurt Lange. El U-530 transfiere al Leutnant Schafer como oficial navegante familiarizado con la navegación por el Golfo de Vizcaya, así como los suboficiales Schulze y Behrendt, como operadores de radio. Además se le instaló al I-52 el detector del radar Naxos FuMB7. Tras finalizar estas tareas el U-530 se sumergió y puso rumbo al oeste. Por su parte el submarino japonés decidió navegar en superficie aprovechando la oscuridad de la noche cerrada y sin luna. Sin embargo lo que desconocían los japoneses era que los aliados ya conocían su posición aproximada.
USS Bogue
Un Avenger, proveniente del portaaviones de escolta USS Bogue, capta por el radar al I-52 navegando en superficie, la señal es nítida de modo que pone rumbo al lugar indicado. Cuando llega a la zona lanza varias boyas sonoras que confirman el contacto, aunque el sonido es distinto al emitido por los submarinos alemanes. Más avanzada la noche termina por descubrir al enorme I-52 navegando en superficie. En ese momento y tras iluminar la escena se lanzó al ataque sobre él. Los vigías japoneses en vez de tratar de repeler al agresor con los antiaéreos se lanzan a la carrera hacía el interior para realizar una inmersión de emergencia dejando sin usar sus dos cañones dobles antiaéreos de 25 mm. El Avenger lanza dos cargas de profundidad tras una primera pasada antes de que el gran submarino desapareciese bajo las aguas.
Tras un amplio giro el aparato vuelve sobre la posición dónde antes estaba el I-52 pero ya solo quedaba su estela sobre el mar, el submarino ya está a 80 metros de profundidad. Aún así el Avenger no se rindió y lanzó dos sono-boyas en la zona para poder triangular la posición del esquivo submarino. Un ataque más, estaba vez con un torpedo acústico Mk.24, fue lanzado sin éxito y se quedó en la zona a la escucha. Poco tiempo después las sono-boyas comienzan a captar el ruido de las hélices del submarino a toda máquina tratando de escapar del ataque aéreo.
A las 00:30 horas del día siguiente, 24 de junio de 1944, alcanzó la zona otro avión del mismo tipo para unirse a la búsqueda. Posicionó sus sono-boyas y pudo captar nítidamente la navegación del I-52, continuaba avanzando pero con los propulsores ya dañados. Cerca de la una lanzó un nuevo torpedo y pudo escuchar como el torpedo estallaba por encima del desafortunado submarino haciendo crujir sus manparos por la onda expansiva. Era evidente que el submarino había sido hundido en aquel mismo instante. El I-52 se fue al fondo del mar con sus 95 tripulantes, 15 pasajeros y los tres marineros alemanes a bordo.
Fuentes:
BOYD, C. “U.S. Navy Radio Intelligence During the Second World War and the Sinking of the Japanese Submarine I-52” Journal of Military History 63 (2): 339-354, 1999.
HAMILTON-PATERSON, J. (1998) “Three Miles Down: A Hunt for Sunken Treasure” Lyons Press, 1998
English version
The I-52 was a submarine transatlantic just one year of existence was framed in the Cdr. One Kameo and will soon try to get to Germany with a cargo in 1944 from Kure. Only two Japanese submarines had successfully completed the journey, the I-8 and I-30, while two other adventurers lying at the bottom of the sea sunk by the Allies.
On May 1, 1944 set sail from Singapore bound for Kure where collected more than 8 other civilians joined the seven engineers and ride. The I-52 had a crew at the time of 84 sailors and 11 officers. The aim of the civil passage was effective familiarization with torpedo boats (schnellboots) German which the Japanese lacked.
But the movements of the I-52 does not go unnoticed by American intelligence services were not willing to complete your journey. By May 15 the I-52 air refueling Africa doubled cool at night and traveling submerged during the day. Already in June, the 23rd, still in the Atlantic, some 1,200 miles west of the archipelago of Cape Verde's submarine 102 meters in length and with the Japanese flag on the mast emerged to replace fresh air. In its tower could see the number that identified him as I-52. In its cargo hold 300 tons traveling strategic materials to Germany, tungsten and molybdenum, magnesium, about three tons of opium, 3,000 kilos of quinine, rubber, 146 gold bars packed in 49 metal boxes.
At that point he met the German U-boat U-530, under the command of Kurt Lange Kapitanleutnant. The U-530 transferred to Leutnant Schafer as an officer familiar with sailing sailing through the Gulf of Biscay, and Schulze and Behrendt NCOs as radio operators. In addition he installed the I-52 radar detector FuMB7 Naxos. After completing these tasks, the U-530 dived and headed west. Meanwhile the Japanese submarine set sail on the surface of darkness of the moonless dark night. However, what the Japanese did not know was that the Allies already knew the approximate position.
An Avenger from the escort carrier USS Bogue, captured by the radar at I-52 sailing on the surface, the signal is clear direction so that puts the right place. When it comes to the area several buoys launched confirming the contact sound, though the sound is different from that issued by German submarines. Later in the night ends up discovering the enormous I-52 sailing on the surface. At that time and illuminate the scene after the attack launched on it. The Japanese lookouts instead of trying to repel the aggressor aircraft to take to the race to the interior for a crash dive leaving without using their double barreled anti-aircraft 25 mm. The Avenger launches two depth charges after a first pass before the big submarine disappeared under water.
After a wide turn the device returns to the position where it was before the I-52 but it was only in his wake on the sea, the submarine and is 80 meters deep. Still, the Avenger did not give up and threw two sono-buoys in the area to triangulate the position of the elusive submarine. An attack was once an acoustic torpedo Mk.24, was released without success and remained in the listening area. Shortly after the sono-buoys begin to capture the sound of the submarine's propellers at full speed trying to escape the air attack.
At 00:30 hours the following day, June 24, 1944, another plane reached the area of the same to join the search. Positioned its sono-buoys and navigational clearly able to capture the I-52, continued to advance but already damaged propellers. About one launched a new torpedo and heard as the torpedo exploded above their unfortunate submarine bulkheads creaking by the blast. It was evident that the submarine had been sunk at the same moment. The I-52 went into the sea with its 95 crew, 15 passengers and three German sailors on board.
Sources:
BOYD, C. “U.S. Navy Radio Intelligence During the Second World War and the Sinking of the Japanese Submarine I-52” Journal of Military History 63 (2): 339-354, 1999.
HAMILTON-PATERSON, J. (1998) “Three Miles Down: A Hunt for Sunken Treasure” Lyons Press, 1998
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