domingo, 9 de enero de 2011

Las armas del carnicero


Armamento del Fw 190

 
A pesar de sus dolencias las ametralladoras contaban con ventajas inherentes a su calibre. Éstas desplegaban un caudal de fuego superior al de los cañones y eran menos propensas al encasquillamiento que sus hermanos mayores. Además almacenaban más cantidad de munición y pesaba menos que la munición de 20 o 30 mm. Dichas ventajas jugaron a su favor y estuvieron presentes durante toda la contienda conjugadas eso si con cañones de diversos calibres. El municionamiento de las ametralladoras corría a cargo de cintas metálicas de munición, generalmente de 100 proyectiles, pero posteriormente las cintas metálicas pasaron a ser de otros materiales. Por otra parte muchos de los cazas alemanes, incluidos los Fw 190, gozaban de la posibilidad de disparar solo las ametralladoras o hacerlo junto con los cañones lo que ampliaba la gama de ataques o seleccionar los objetivos reservando la munición de cañón, más poderosa y escasa, para abatir blancos más pesados. Otra de las ventajas de las ametralladoras era que su instalación era más sencilla, sus dimensiones y peso las hacían encajar más fácilmente que los cañones, a menudo la sustitución de las ametralladoras por los cañones conllevó el rediseño de una o más partes del aparato.

La ametralladora más usada en la Luftwaffe era la MG 17 de 7´92 mm, fue desarrollada por Rheinmetall-Borsig partiendo de su modelo MG 15. El arma disponía de una actuación electro-neumática con disparador eléctrico y su alcance efectivo estaba alrededor de los 475 metros con su munición estándar. Según avanzaba la contienda se fueron introduciendo nuevos tipos de munición como el sS-Geschoß capaz de penetrar 5 mm de blindaje a 100 metros de distancia, mientras que la SmKv era capaz de perforar hasta los 17 mm. La alimentación del arma corría a cargo de cintas metálicas de 100 proyectiles cada una proporcionando una cadencia máxima de entre 1.000 y 1.180 disparos por minuto. A partir de 1940 las ametralladoras MG 17 dispusieron de un tipo de munición denominada V que usaba cargas de alta presión para proporcionar una velocidad inicial extra al proyectil, de este modo pasaba de los 790 m/sg a los 900 m/sg mejorando su capacidad perforante y precisión.

La MG 131 surgió para sustituir a la MG 17, disponía de un calibre superior, 13 mm, y fue desarrollada a partir de 1933 hasta que en 1938 ya estuvo lista. El aumento del calibre significaba que el caza podía abatir blancos a mayor distancia porque tenía un alcance efectivo superior. Se trataba de un arma compleja, pero que podía instalarse con facilidad. El arma se dotó de ignición eléctrica y gozaba de una excelente sincronización para que pudiera disparar a través del arco de las hélices. El arma estaba alimentada por una cinta metálica de 100 proyectiles, igual que su antecesora pero aumentó el peso del proyectil hasta los 72 gr (34 de los cuales pertenecían a la bala). Su montaje sobre el capó reducía su cadencia hasta los 800 u 850 disparos por minuto en vez de los 900 que lograba alcanzar si se montaba en las alas. En comparación con la famosa Browning del calibre 50 (12´7 mm) americana, las montadas como defensa de los bombarderos por ejemplo, la alemana disponía de una velocidad inicial menor pero el volumen de fuego desplegado por la MG 131 era superior a la Browning.



Por su parte la MG 151/15 fue desarrollada en 1934 y alcanzaba una cadencia de 700 disparos por minuto y una velocidad inicial de 1.040 metros por segundo. El arma podía aceptar la munición de 2 centímetros empleada por la MG 151/20. Era cuestión de tiempo que los cazas comenzasen a emplear cañones aerotransportados, estos otorgaban mayor pegada y con un solo impacto de 30 mm era capaz de derribar un aparato enemigo. Pero este aumento del armamento tenía peligrosas contrapartidas. Los nuevos cañones eran pesados y restaban maniobrabilidad a los cazas que a medida que avanzaba la contienda no solo se tenían que enfrentar a los bombarderos sino también a sus propios cazas de escolta, cada vez más numerosos y agresivos. Enjambres de P-51 y P-47 escoltaban a las formaciones de bombarderos hasta sus objetivos y se enzarzaban en una auténtica lucha de perros con la caza alemana. La situación era deprimente si se llevaba el armamento necesario para abatir a los bombarderos se corría el riesgo de ser cazado por su escolta y si se optaba por la maniobrabilidad se experimentaba la frustración de disparar toda la munición de la que se disponía para abatir a un solo bombardero en el mejor de los casos.

Los primeros cañones embarcados en cazas fueron los MG FF aparecido en 1935 y el mejorado MG FF/M, ambos de 20 mm, sin embargo se demostró que la serie MG FF estaba quedando obsoleta para combatir a los bombarderos pesados estadounidenses de modo que fueron sustituidos por los mejores MG 151/20 del mismo calibre.

 Fw 190 A-6

En 1937 Mauser desarrolló un nuevo arma de 20 mm y 42´5 Kg de peso, ofrecía una cadencia de 750 disparos por minuto con una velocidad inicial de 790 metros por segundo. Se trataba de un arma muy buena ya que de los 220 gramos que pesaba el proyectil 115 correspondían a la cabeza de guerra. Posteriormente Rheinmetall-Borsig desarrolló un nuevo cañón denominado MK 103 de 30 mm, cuyo proyectil pesaba 980 gramos, que desarrollaba una velocidad inicial de 860 metros por segundo. El MK 103 resultó un arma devastadora en el combate aéreo pero uno de sus inconvenientes era su retroceso lo que provocó la incorporación de frenos adicionales. Entre 1941 y 1942 Rheinmetall-Borsig desarrolló más el concepto del cañón de 30 mm, mejorándolo para enfrentarse a las ametralladoras americanas de 12´7 mm. De este modo nació el MK 108 con proyectiles de 480 gramos de los que 330 eran de la cabeza de guerra. Posteriormente se le incorporaron nuevos tipos de munición lo que aumentó la capacidad destructiva del arma, sin embargo su principal tara fue su baja velocidad inicial lo que le hacía impreciso a largas distancias.

Ante la resistencia de los pesados bombarderos se tuvo que recurrir a medidas más drásticas y estas pasaban por la instalación de morteros de infantería bajo las alas. A pesar de disponer de los cañones más poderosos del conflicto los pilotos de la Jagdwaffe seguían reclamando más potencia de fuego para combatir a los bombarderos aliados. Éstos volaban en apretadas formaciones de combate proporcionándose apoyo de fuego unos a otros lo que convertía a estas formaciones en auténticos erizos de fuego defensivo. A partir de 1943 se comenzó a trabajar en la posibilidad de montar el mortero pesado Nebelwerfer 42 de 21 cm en algunos cazas. Para enero de 1944 se realizaron las primeras pruebas montándose en varios aparatos (Messerschmitt Bf 109, Focke Wulf Fw 190 y Messerschmitt Me 110, éstos podían montar dos morteros por ala en vez de uno) Las pruebas realizadas fueron satisfactorias pues permitieron a los pilotos atacar blancos a más de 1.200 metros, fuera del alcance de las armas defensivas del enemigo, el mortero tenía un alcance efectivo de 7.800 metros. Éstos aparatos se denominaron como Pulk-Zerstörer o destructores de formaciones, también recibieron esta designación los aparatos equipados con armamento adicional, generalmente cañones.

 Fw 190 con cañones MK 103 de 30 mm

Sin embargo el montaje de armas tan pesadas traía contrapartidas porque aumentaba la resistencia del aparato al aire restándole maniobrabilidad y velocidad pero se pasó por alto ya que los aparatos equipados con estas armas estaban destinados a atacar a los bombarderos a larga distancia. Otro inconveniente era la munición ya que solo se podían transportar un proyectil por mortero, de este modo los Bf 109 y Fw 190 llevaban 2 mientras que los Bf 110 podían llevar hasta 4 proyectiles. Pero se ha de decir que el equipo era considerado como una medida provisional ya que ni siquiera fueron estabilizados los lanzadores.

Los proyectiles eran propulsados por 18´4 Kg de Diglykol-Feststoff, un combustible sólido mientras que la ojiva pesaba 40´8 Kg. También se ha de destacar que este sistema de armas fue desarrollado por las propias tropas siendo considerado como una modificación de campaña. El primer éxito del WGr 21 tuvo lugar el 17 de agosto de 1943 cuando una incursión diurna de 376 B-17 se encaminaban a atacar Regensburg. La formación fue atacada con los WGr 21 y al menos 60 de ellos tuvieron que regresar a sus bases con diversos daños, el 16% de los atacantes. En octubre del mismo año otra formación de la 8º Fuerza Aérea USAFF compuesta por 291 bombarderos B-17 fue atacada con los lanzadores WGr 21. Se dispararon 60 proyectiles de los que 17 hicieron blanco, al regresar a sus bases entre las pérdidas directas por los impactos y los daños provocados por las grandes ondas expansivas se perdieron 131 de estos bombarderos. 


 Fw 190 con cañones de 20 mm adicionales

 Un Fw 190 recibe sus proyectiles de 210 mm para sus morteros WGr. 21

Fuente:

ORMEÑO, J. "Focke Wulf Fw 190. El pájaro carnicero de la Luftwaffe" SERGA nº 51

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